Productividad = Autonomía + expertise + propósito.

¿Cuál es el nivel motivacional de las personas en su organización? ¿Qué influencia tiene la motivación en la productividad de una persona? ¿Y en los resultados empresariales?

La ciencia argumenta que al menos existen 3 tipos de incentivos que inciden en la motivación hacia el logro. Los intrínsecos (propios de cada persona), extrínsecos (recompensas externas) y sociales (implicaciones sociales). Según estas investigaciones, las personas orientadas y guiadas por la motivación intrínseca tienen mejor autoestima, mejores relaciones interpersonales y un nivel de productividad muy superior a las que no lo están.

Visto así podríamos argumentar que en lo que corresponde a la motivación existe una gran diferencia entre lo que está enseñando la ciencia y lo que hacen las organizaciones, fundamentalmente centradas en lógicas de palo y zanahoria.

Como hemos concebido el trabajo como un precio que hay que pagar para poder vivir (evidentemente muchos puestos lo son, no nos vamos a engañar), se ha centrado el incentivo a las personas fundamentalmente en los factores externos.

A día de hoy y en general, el rey de los incentivos es el dinero. Si una empresa o empleador no retribuye de manera suficiente y adecuada a las personas en relación a trabajos con capacitaciones similares, no hay que ser muy hábil para deducir que estas terminarán abandonando la organización. No obstante, más allá de eso el dinero no es un motivador de especial relevancia.  Lo que distintas investigaciones están demostrando es que la autonomía sobre qué hacer, cuando, cómo y con quien es un  factor de mayor importancia que el vil metal (entendiendo que este último está en baremos dignos).

A este respecto, Dan Pink argumenta que algunas de las claves para revertir los pobres niveles de motivación están en cultivar tres elementos. La autonomía (el deseo de dirigir lo que hacemos), el expertise (la necesidad y que nos den cauces para ser mejores en lo que nos importa), y el propósito (trabajar por algo que trascienda a nuestro interés personal).

En lo que corresponde a la autonomía, dice Teresa Amabile de Harvard que el deseo de hacer algo porque uno/a lo encuentra retador y satisfactorio inspira los mayores niveles de creatividad en el trabajo, y eso rara vez ocurre cuando existe otra persona monitorizando el qué, el cómo y el cuándo permanentemente.

Según Pink los parámetros a considerar a la hora de incrementar la autonomía es el descentralizar en las personas cuatro variables que corresponden a la tarea, el tiempo, la técnica y el equipo.

En relación al desarrollo de expertise, Carol Dweck de Stanford afirma que las creencias que uno tiene de sí mismo tienen relación directa con sus logros. Una cosa está clara: ser experto/a en algo es muy costoso, y lo que muchas veces se atribuye a las capacidades innatas son el resultado de una intensa práctica y esfuerzo durante años, de ahí la conveniencia de gestionar las curvas de carrera de las personas con una perspectiva de especialización, o desde un enfoque generalista, pero con un objetivo específico.

La tercera de las variables es el propósito. El propósito es el contexto que permite a la autonomía y al expertise a obtener resultados superiores a la media. Propósito requiere transparencia, participación en aportar a la visión y estrategia de la organización, participación en la gestión y participación en los resultados obtenidos de la actividad desarrollada.

Decía Julius Ervin que ser profesional es hacer las cosas que te gustan cuando no te apetece hacerlas. Ahora bien, tengamos en cuenta que el secreto del alto rendimiento no está en la lógica de recompensa/castigo, sino en la posibilidad de dirigir los designios de nuestro desarrollo vital y profesional, incrementar nuestras habilidades y conocimientos y vivir una vida con propósito.

Hacer algo que nos importe, hacerlo bien, y por una causa que trascienda a uno mismo. Ahí está el secreto de las personas verdaderamente motivadas. Si por el contrario sólo pensamos en recompensas para motivar a las personas tengamos claro que las motivaremos únicamente para eso, para recibir recompensas.

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