La empresa vasca en el contexto global.
La internacionalización hace tiempo que está dejando de ser una opción para las empresas vascas. En este sentido, la realidad es diversa. Euskadi cuenta con empresas multilocalizadas hace años, otras que exportan regularmente, las que están comenzando a hacerlo y muchas que sin tener producto propio ofertan capacidad de proceso en un ámbito geográfico reducido.
Si bien la casuística y los retos a los que se enfrenta cada una de ellas son distintos habitualmente los hándicap de un tamaño reducido, la falta de conocimiento de los mercados de destino y la aparición de diversos actores a nivel global que hacen más difícil ser competitivas son elementos que comparten muchas de ellas.
Si nos fijamos en el contexto internacional vemos que la cuestión no sólo es que China o India estén creciendo sino que en cada uno de los continentes distintos países emergentes –y por ende sus empresas- están adquiriendo cotas de crecimiento y estabilidad convirtiéndose en actores importantes a escala global. Mientras que los países llamados desarrollados se pelean con tasas de crecimiento testimoniales, niveles de desempleo y endeudamiento notorios, un conjunto de países y empresas a los que hasta la fecha no se ha prestado excesiva atención han emprendido un camino de crecimiento con pie firme. Según Zakariah (2011), 85 países del planeta crecieron a un ratio del 4% desde el año 1996. En los años 2006 y 2007 ese número se incrementó a 125 y desgraciadamente no estamos entre ellos.
Antoine van Agtmael, gestor de fondos que acuñó el término de mercados emergentes, ha identificado 25 compañías que a su juicio serán las próximas multinacionales más notorias a escala global. Su lista incluye compañías de Brasil, México, Corea del Sur, Taiwan, India, China, Argentina, Chile, Malasia y Sudáfrica.
Es cierto que el modelo de empresa vasca está lejos del perfil al que se refiere Van Agtmael, no obstante, este nuevo panorama tiene influencias relevantes para nuestro tejido empresarial en la medida en que hace tiempo que gran parte de nuestras empresas se juegan los cuartos a nivel global.
Como argumenta Zakariah, vivimos en un mundo donde el edificio más alto del planeta está en Dubai, el mayor avión comercial de la actualidad se construye en Rusia y Ucrania fundamentalmente, la refinería considerada como más avanzada está en la India y las mayores plantas fabriles en China. Hong Kong juega de tú a tú con Londres y Nueva York como centro financiero y el fondo de inversión más poderoso está localizado en los Emiratos Árabes. El mayor casino del mundo ya no está en Las Vegas sino en Macao y Bollywood supera en número de películas y venta de entradas a Hollywood.
Es lógico que cada uno tengamos una visión del mundo que parta de su realidad más cercana aunque esto no debe cegarnos a la hora de valorar nuestro posicionamiento a nivel mundial, y hay que reconocer que nadie está mirando a Euskadi. La clave está en mantener nuestra identidad pero en ser conscientes de que operamos en un mundo global y ser consecuentes con ello.
Ser competitivo a nivel global implica salir del mantra del “es lo que hemos hecho siempre”, estar en permanente formación desde el ámbito técnico pero también multicultural y de conocimiento de la realidad de distintos mercados, aprovechar la flexibilidad que nos aporta ser pymes y trabajar la colaboración en mucha mayor medida para identificar y abordar necesidades en mercados globales que difícilmente puede atacar nuestra empresa tipo individualmente. Entre otros elementos de ello depende nuestra competitividad y bienestar.
jon aldazabal