Big data…
Si bien la utilización de los datos para la toma de decisiones en la empresa es un aspecto que no es novedoso en modo alguno, las nuevas posibilidades de captación y procesamiento de los mismos están moldeando la forma de hacer negocio de un número creciente de organizaciones.
Los expertos afirman que el análisis de datos en el ámbito empresarial ha experimentado tres generaciones. La primera estuvo dirigida a comprender lo que ocurría dentro de las empresas en el ámbito de procesos productivos, finanzas, ventas, etc. La segunda se diferencia de la primera en que el enfoque ya no se circunscribe al ámbito interno de la organización, sino al externo a través de internet e incorporando elementos como la sensorización y/o las posibilidades del entorno audiovisual. La tercera se correspondería con la utilización de dichos datos no sólo para mejorar la eficiencia interna, sino para aplicarlos al desarrollo de nuevos productos y servicios. A la segunda y tercera generación es a la que se ha bautizado como Big Data y la era de la analítica de datos, la primera se supone que la tendríamos que tener superada…
Centrándonos en la tercera (utilización de datos para el desarrollo de nuevos productos/ servicios), una cuestión que no deja de ser sorprendente a medida que uno conoce empresas de diverso tamaño y sector de Euskadi es que los nuevos desarrollos que no se realizan por petición expresa de cliente (la inmensa mayoría), se llevan a cabo con un soporte de información cuantitativo y cualitativo en general limitado e insuficiente. Si bien los datos nunca sustituirán totalmente al “olfato”, como se suele decir coloquialmente, “ni tanto ni tan calvo”. Esto no supone eliminar la intuición, sino decidir el tipo de información que es necesario parametrizar, realizar un seguimiento continuo y tomar decisiones en consecuencia.
Tal y como ha ocurrido con otras prácticas a lo largo de la historia de la gestión empresarial, primero son las multinacionales las que comienzan aplicar los nuevos planteamientos. Amazon, Ebay, LinkedIn, etc. comenzaron y utilizan estas prácticas de forma magistral aunque progresivamente se han ido desarrollando en todo tipo de sectores. De esta manera multinacionales como Bosch (gestión inteligente de flotas y gestión energética), General Electric (información de comportamiento de turbinas y motores a través de sensores, monitorización de dispositivos médicos), o UPS (control de estado de envíos a tiempo real para rediseño y optimización de rutas) hace tiempo que han “informacionalizado” sus negocios.
Viendo el éxito que están teniendo distintas empresas a través de la incorporación de estas posibilidades, la necesidad de incorporar nuevas prácticas y herramientas en las nuestras se hace cada vez más patente.
Una buena pregunta sería la de ¿Por qué nuestras empresas no hacen mejor uso de los datos que generan su actividad? Una respuesta posible está en que sus prácticas de gestión no están ligadas con sus plataformas tecnológicas, la otra es que rara vez realizamos análisis y estudios de campo que nos permitan identificar errores en fases previas o durante los desarrollos, y no a posteriori.
Si su empresa produce, distribuye, consume y/o interactúa con clientes, es conveniente tener en cuenta que cada una de esas operaciones genera datos valiosos no sólo para mejorar el nivel de eficiencia, sino para poder adaptar o moldear lo que la organización ofrece y hacer más atractiva su oferta. Es opción de cada empresa en primer lugar valorar qué datos pueden resultar de especial relevancia y posteriormente instaurar canales y prácticas adecuadas para que dicha información se integre en la remodelación de productos, servicios y posibilidades futuras que pueda acometer cada empresa.
No es la primera vez que en el mundo empresarial se plantean los cambios de paradigma a través de la venta y promoción de la tecnología. El ámbito del Big Data no es ajeno a ello, por tanto será fundamental primero decidir qué tipo de dato puede ser más relevante para cada empresa, y en qué medida éstos contribuirán a la toma de decisiones. Como en cualquier otro ámbito la tecnología nos da posibilidades aunque, en no pocos casos, las inversiones en las mismas no han resultado efectivas. Primero tengamos claro por qué necesitamos incorporar estas prácticas en nuestras empresas y luego veamos qué tipo de tecnología puede servir mejor a nuestras pretensiones. Lo demás estaremos construyendo la casa por el tejado…
jon aldazabal