Modelos de negocio de hoy.
La forma convencional de visualizar una empresa suele estar relacionada con una entidad que fabrica, desarrolla o distribuye un bien físico o servicio para luego venderlo o prestarlo directamente. Mercados y negocios los hay maduros, emergentes o en etapa de consolidación. No obstante, los modelos de hacer negocio hace tiempo que han roto las lógicas tradicionales adoptando formas difíciles de predecir hace no muchos años.
Una de las tendencias ha supuesto el traslado de formas de hacer negocio particulares de productos concretos a otros sectores que nada tenían que ver con los originarios. Así, negocios convencionales de suscripción utilizados históricamente por revistas y magazines se han trasladado a sectores tan dispares como gimnasios, canales de pago por visión en TV, kits de cuidado personal, vehículos o maquinaria. El concepto que hay detrás es cambiar la habitual compra venta de un producto / servicio centrando la forma de generación de ingresos a su acceso o disfrute continuado mediante el cobro de cuotas.
Otra de las tendencias ha sido la creación de negocios orientados a facilitar la interacción cliente / pequeñas empresas que por sí mismas tienen dificultades para visibilizarse. En este sentido, lo que en el pasado comenzó en los apartados de anuncios clasificados en los periódicos ha evolucionado en la creación de escaparates tan conocidos como Amazon, Ebay, Groupon, la nevera roja, etc. que proveen de una plataforma para que ofertantes y clientes puedan realizar transacciones y por la que cobran comisión.
En tercer lugar, se ha consolidado una tendencia de empresas que dan acceso o prestaciones básicas sin que los clientes tengan que pagar por ello y cobrando por mejoras que incrementen las prestaciones de ese paquete básico gratuito. Si bien los casos más sonados son los de Spotify, Skype, Linkedin, Dropbox, etc, están proliferando multitud de negocios alrededor de este concepto que tratan de generar una amplia base de clientes, aprovechando que el coste marginal de atender su incremento es reducido. De esta manera, el usuario no paga por la utilización básica del servicio (no obstante aporta información personal valiosa para la empresa generando la posibilidad de dirigir publicidad y otras propuestas), pero si por una mejora que incremente el paquete básico.
De forma relacionada, monstruos como Google, Facebook o Tweeter aprovechan la fórmula de hacer negocio centrada en proveer servicios gratuitos, donde si bien no cobran a sus usuarios aprovechan la valiosa información de estos para venderla u ofrecer otros productos propios o de terceros.
Como cuarto ejemplo está la generación de negocios alrededor de la economía del compartir con empresas como Airbnb o Zipcar, que dan acceso temporal a bienes históricamente adquiridos a través de compra o hacen que personas puedan extraer un rendimiento a sus activos cobrando comisiones por ello.
La historia empresarial está llena de ejemplos de empresas y formas de hacer consolidadas que convencidas de que “todo estaba inventado”, han sido superadas y condenadas al olvido por nuevos modelos de negocio que han sabido capturar y satisfacer necesidades no expresadas / satisfechas de forma más inteligente o adecuada.
La digitalización, la incorporación de servicios a productos y/o distintas formas de mejorar la experiencia de los clientes están dando lugar a reconfiguraciones en los modelos de negocio. Descartar estas nuevas formas porque nuestros productos / servicios actuales nada tienen que ver con las empresas de ejemplo es una actitud miope. Es necesario analizar distintos modelos y ver en qué medida una lógica similar o adaptada puede ser válida para algún o varios perfiles de clientes actuales o potenciales.